Es muy común que los pacientes pregunten por qué es necesario, en algunos casos, usar contraste en estudios de tomografías y resonancias. La repuesta es que los materiales de contraste son sustancias que se introducen en el cuerpo antes de una prueba de imagen con un objetivo claro: permitir al radiólogo observar claramente las diferencias en las partes del cuerpo analizadas.
Es como un tinte que permite profundizar a través de un área o no hacerlo, según la necesidad de cada prueba, facilitando así la observación del interior de nuestro cuerpo en base a las necesidades que se requieran para el diagnóstico.
Los materiales de contraste pueden administrarse por vía oral, a través de un enema o inyectados. Posteriormente, este contraste es absorbido de forma natural por el cuerpo o expulsado por ejemplo a través de la orina.
Normalmente el modo de empleo está directamente relacionado con el tipo de prueba; por ejemplo será oral cuando la prueba se centre en el aparato gastrointestinal analizando la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado o el intestino grueso. Aunque en este último caso también es posible aplicar el material de contraste a través de un enema.
El uso de los materiales de contraste en las tomografías y resonancias no genera normalmente ninguna reacción posterior en quien se ha sometido a la prueba. Además estas pruebas de contraste son totalmente seguras para el paciente o la persona a quien se realizan, y el médico siempre aplicará las comprobaciones pertinentes antes de introducir el contraste que, normalmente, en el caso de los inyectados estarán compuestos de yodo o sulfato de bario.